Jorge Leonardo Tavárez Valdez
Presidente de ABAPA
La realidad de desdicha de la provincia La Altagracia, en cuanto a la inversión en infraestructuras de todo tipo y el apoyo a sus actividades, se refleja claramente en el ámbito deportivo. Un ejemplo reciente y contundente es el caso del Torneo de Baloncesto Superior de La Altagracia, organizado por la Asociación de Baloncesto de la Provincia La Altagracia (ABAPA). Este torneo no solo es el de mayor trayectoria en el país, con más ediciones celebradas, sino que también es considerado el evento deportivo de baloncesto más importante de toda la región Este.
Durante más de una década, el Banco de Reservas y la Presidencia de la República habían brindado un respaldo significativo y constante para la realización de este evento, aportes que ya formaban parte esencial del presupuesto anual. Sin embargo, en la última edición, ambos dejaron de apoyar económicamente al Comité Organizador—integrados por el senador Rafael Duluc, los diputados Carmen de La Rosa, Francisco Villegas, Angel del Rosario y Onavel Aristy, la alcaldesa Karina Aristy, el obispo de la diócesis Jesús Castro, representantes del Ministerio de Deportes, el Grupo Puntacana y la Unión Deportiva— quienes se vieron obligados a asumir la gran responsabilidad de garantizar la celebración del torneo y mantener viva esta tradición deportiva tan importante para la provincia.
A pesar de que, como cada año, se cumplieron puntualmente los compromisos publicitarios tanto en la transmisión televisiva y por redes, así como la publicidad impresa, de ambas entidades, la ausencia de estos recursos generó un déficit financiero considerable, dejando por primera vez en más de cinco años al torneo en una situación económica crítica.
Para agravar la situación, esta misma desdicha no ha sido compartida por los demás torneos superiores del Este, que recientemente han recibido significativas sumas para su realización. Este trato diferenciado nos deja pensamientos intrigantes, difíciles de ignorar.
Recordamos a las autoridades que La Altagracia, en deporte, en producción, en número de habitantes y en aportes al fisco nacional, representa uno de los pilares más importantes del desarrollo nacional. No dejen que los altagracianos sigamos sintiendo que, para los gobiernos de turno, somos la cenicienta del Este. Nuestra gente, nuestro talento y nuestro esfuerzo merecen el mismo trato justo y equitativo que se brinda a otras demarcaciones.