La eterna sobrevivencia del ser humano

Podríamos decir que sobrevivir es mantenerse con vida.
La principal importancia que se ha venido dando en el mundo a cualquier acto que el ser humano o animal haga, es a la de mantenerse con vida.
Siglos por siglos.

Segundo a Segundo.
Tratamos de sobrevivir ante cualquier adversidad que se nos presente.
Mantenernos con vida es igual a no morir sin intentar, al menos, un esfuerzo que vaya por encima de nuestras posibilidades.
Por esto, muchos aprovechan esa gran debilidad que persigue a los seres vivos, desde que nacen.
Algunos prefieren conformarse con aquello de “cosas del destino”.
Otros dicen que por lo menos “algo es más que nada”.
Sin embargo, hemos de pensar en que siempre hay otras formas y maneras, de lograr lo mismo.
El crecimiento, la no dependencia de esa sobrevivencia que la gran mayoría de las veces se enmarca en los alimentos.
Comí, estoy vivo, aunque harapiento, sin un techo, dependiendo de la “misericordia” de los demás.
Mi barriga está llena y mi corazón está alegre.
Eso resuena en los más recónditos lugares del planeta.
La ciudadanía desposeída clama por sobrevivir.
Países del mundo sobreviven.
Presidentes se doblegan ante el fuerte porque puede ayudarle con la sobrevivencia de los ciudadanos que gobiernan.
Los poderosos saben esto, abusan casi siempre de esta condición, y la necesidad de tener más poder, les obnubila el raciocinio a tal nivel que no saben más nada que no sea rodar como la nieve para crecer.
Entornos de jefes de gobiernos envuelven a sus gobernantes, para tratar de aumentar sus arcas privadas en base al chantaje a esa masa humana que quiere llenar el estómago.
Fíjese usted, solo le he hablado de alimentos, más nada ha estado más presente para la humanidad desde siempre, que saciar el hambre.
Esa es la eterna sobrevivencia del ser humano.

 

Efren Garrido, arqto., NY, marzo 28 de 2022.

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