EL HURACÁN QUE IMPULSÓ AL DICTADOR
«Desde luego, el huracán le sirvió para crear el mito de que había reconstruido la ciudad, cosa falsa, porque la Ciudad Colonial no fue destruida», ya que los edificios intramuros eran de piedra y aguantaron bien la acometida del ciclón.
Eso le permitió justificar modificar la denominación de la ciudad años después (1936) de Santo Domingo a Ciudad Trujillo, nombre que mantuvo hasta poco después del asesinato del dictador en 1961.
«San Zenón le pintó el pretexto para esta decisión terrible» de cambiar el nombre centenario de la capital del país.
Trujillo «desplegó una imagen de eficiencia» frente a la destrucción que causó el fenómeno, fue pretexto para «el uso de la autoridad fuerte y la necesidad de mano dura» para resolver los problemas, y «ganó reconocimiento entre sectores de la población», señaló Cassá.
«Él manejó esa crisis de una manera política y yo diría que lo hizo con cierto éxito», aunque, paradójicamente, el dictador causó muchas más muertes en los 31 años que estuvo en el poder.
«Se habla de más de 15.000 víctimas» y no solo políticas, también por los trabajos forzados, una práctica frecuente durante el régimen, apuntó el historiador.